La cadera

El dolor pélvico o el dolor en la cadera puede deberse a muchas causas. Pregúntate, ¿cuándo comenzó? ¿En qué lugar específico lo siento? El dolor en la cadera puede estar causado por sobrecargar un músculo o un anclaje de un tendón dañado, irritación de la membrana mucosa o daño en la bursa o el cartílago. Una pelvis mal alineada suele ser la causa primaria del problema.

Puede darse el caso de que la postura esté mal alineada al estar sentado o de pie o incluso acostado en la cama, durante un corto período de tiempo o años. Puede que hayas creado el mal hábito de cargar la espalda con una mochila pesada de forma incorrecta. Con el tiempo, un lado de la columna acabará estando más fortalecido que el otro. Puede que una lesión haya provocado que tu postura se haya alineado incorrectamente, ya que la parte sana de la columna ha intentado compensar y proteger la lesión. Puede que hayas utilizado posturas de trabajo incorrectas durante años. Puede que incluso tengas una o más posturas de trabajo que usan más un lado de la espalda que el otro. Las razones pueden ser infinitas.

En la edad adulta, los músculos, tendones, huesos y articulaciones comienzan a ganar elasticidad y es más probable que estas partes del cuerpo se irriten o se sobrecarguen. El resultado es moletia, rigidez y malestar.

Dependiendo del nivel de actividad física, una pelvis mal alineada acabará vengándose y a menudo dificultará la calidad de vida y limitará los beneficios de la actividad física.

Una pelvis desalineada puede causar problemas de espalda, lumbago y ciática. Si la presión sobre un nervio se vuelve demasiado fuerte, el dolor se extiende por la pierna. Es más frecuente que el problema lumbar o de la zona baja de la espalda se deba a la desalineación de las vértebras inferiores que de la pelvis. Por lo tanto, la forma en que caminamos, estamos de pie, saltamos y corremos son parámetros muy importantes para nuestra calidad de vida y bienestar.

Una pelvis alineada y equilibrada es muy importante para tener un cuerpo sano y de esta manera realizar entrenamientos físicos efectivos y movimientos sin dolor en la vida diaria. Cuando la pelvis está mal alineada, una de las piernas es un poco más larga que la otra. Para compensar y asegurar que corres de forma equilibrada, el pie de la pierna más larga toca el suelo antes que el de la pierna corta. Por ello, normalmente sentirás molestias en la rodilla en la pierna más larga.

Pelvis y cadera desalineadas

Muchas personas tienen dolor en el tendón de Aquiles, cadera y rodilla. Por desgracia, no siempre reciben un diagnóstico que entienda que la causa del desequilibrio puede estar más arriba en el cuerpo, por lo que se tiende a tratar los síntomas de forma local. Es importante centrarse en mantener una postura recta y un cuerpo alineado, incluyendo la pelvis y la cadera. Si recuperas el mal hábito, que suele ser cuestión de tiempo, volverás al mismo estado y tendrás el mismo dolor y las mismas lesiones. Es importante introducir hábitos saludables en la vida cotidiana. Para evitar tensión en la pelvis, debes mantener la postura y el cuerpo alineados correctamente. Una postura estable y correcta mantiene al cuerpo alineado en una posición natural.

Las plantillas Align Footwear®

Las plantillas Align Footwear® ayudan a enderezar (alinear) tu cuerpo para conseguir una posición natural. Las plantillas hacen que tus pies se alineen para que alcancen su posición natural y puedas andar, correr, saltar y estar de pie de forma correcta con tu calzado. La realineación tiene un impacto positivo en el esqueleto desde el tobillo, pasando por el cuerpo hasta el cuello.

Las plantillas Align Footwear® mejoran el movimiento, la comodidad y el rendimiento. Contribuyen a conseguir una mejor postura y un alineamiento corporal en la cadena cinética y mejoran tu salud y bienestar. Cuando el cuerpo está alineado y te mueves de forma correcta, es decir, con una posición natural, la carga de cada paso se distribuye de forma más equilibrada. Nuestras plantillas reducen las ondas de choque destructivas que atraviesan nuestro cuerpo cada vez que los pies tocan el suelo. Esto reduce la presión de las articulaciones, músculos, tendones y ligamentos.