Rodilla de saltador
La rodilla de saltador es una lesión muy común entre los atletas. Se trata de una irritación o inflamación detrás de la rótula. La rodilla de saltador suele darse entre levantadores de pesas, ciclistas y jugadores de bádminton.
¿Cuáles son los síntomas de la rodilla de saltador?
Generalmente se caracteriza por una punzada aguda en la rodilla. En esta lesión se produce dolor en el tendón justo debajo de la rótula (bursa), el anclaje inferior del músculo del muslo. El dolor suele emanar desde la unión del hueso y el tendón en el extremo inferior de la rótula o un poco más abajo en el tendón.
Un atleta tiene un riesgo incrementado de padecer rodilla de saltador si sus músculos no están bien entrenados y no consiguen funcionar juntos de forma apropiada. La alineación del cuerpo también puede ser importante y es más probable tener rodilla de saltador si se padece pata de catre (genu valgum) o pies planos. Asimismo, las superficies duras y un calzado inadecuado incrementan el riesgo de desarrollar rodilla de saltador.
¿Qué causa la rodilla de saltador?
Una tensión repetida o monótona en la rótula por saltar o dar patadas puede causar fracturas microscópicas en el extremo inferior de la rótula. Si la tensión continúa, a pesar de que el dolor se disipa inicialmente tras realizar el calentamiento, se acabará desarrollando una inflamación en el tendón. En algunos casos, el atleta experimentará dolor en el músculo frontal del muslo en el extremo superior de la rótula.
¿Qué puedo hacer si padezco de rodilla de saltador?
Con una lesión como la rodilla de saltador, el primer paso es aliviar la inflamación que da lugar al dolor. Consulta con el médico, que seguramente te recetará analgésicos y reposo completo, es decir, no podrás levantar pesos, flexionar o saltar.
Tras esto, es importante mantener el tejido lo más flexible que podamos y evitar tensar el tendón lo máximo posible. Estira los músculos del muslo en tensión todo lo que puedas. El estiramiento puede combinarse con masajes y acupuntura. Después de todos estos pasos, el tejido, el muslo y la rodilla estarán listos para comenzar la rehabilitación.
Cuando el médico o fisioterapeuta determina que es necesario comenzar la rehabilitación, puede ser beneficioso combinar los ejercicios de rehabilitación con zapatos o plantillas que sirvan de apoyo a la alineación del cuerpo. Se aconseja realizar un programa de entrenamiento y estiramiento general además del entrenamiento específico de la disciplina. También se recomienda utilizar calzado adecuado para sentir un buen contacto con el suelo en todo momento.
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Nuestras plantillas reducen las ondas de choque destructivas que atraviesan nuestro cuerpo cada vez que los pies tocan el suelo. De esta manera se reduce la presión de articulaciones, músculos, tendones y ligamentos.
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